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viernes, 18 de marzo de 2016

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Los años del elefante


La novela inicia in media res. Algo se ve caer por la ventana. Karel (o Carl) lee su periódico, las acciones han bajado. Su mujer aspira la alfombra. Llaman a la puerta, Karel abre. "Su hijo se ha tirado desde el tejado". El mundo de Karel Germonprez llega a su fin.


A partir de esa tragedia, Karel se convierte en un hombre incapaz de comunicar su sentir de forma eficiente, recurre a una terapeuta y se desconecta por completo de su entorno social, que se muestra apático. Se encierra en sí mismo, piensa en el suicidio, le da vueltas al recuerdo de Wannes, su hijo. El dolor y las alucinaciones que padece lo dejan en una situación precaria. Se aferra a lo único que le queda: la silueta dibujada en el sitio donde quedó el cadáver. Le aterra olvidar. Las dos últimas hojas proporcionan uno de los finales más buenos que he leído.


Cabe mencionar que Karel no es más que el alter ego de Willy Linhout, el autor, que en 2007 perdió a su hijo de la misma forma. Por tal razón la novela está escrita y dibujada con una naturalidad que sorprende. Los años del elefante es probablemente una de las lecturas comiqueras más dolorosas y complejas que he hecho en la vida. Son más de 100 hojas dedicadas a explorar el dolor y la pérdida. No se trata de una serie de viñetas cursis y baratas que llamen al llanto fácil. Es un descensus ad inferos (sin retorno) en un contexto muy peculiar. 


Ese contexto es cómico. Los trazos son sucios, en lápiz, los gestos se exageran y las alucinaciones brindan un contexto surreal que se contraponen a la seriedad del tema. Si no fuera por los constantes recordatorios de miseria, el lector pensaría que está leyendo la tira cómica del domingo. Es la risa más amarga que se puede lograr. Creo también que es un historia diseñada para un público muy específico: el autor mismo y gente que haya experimentado el suicidio de un ser querido. Es por eso, por su alcance emocional, que ha sido una obra multipremiada en Europa.


 Lo mejor: 
1. El flujo de la narración, la mezcla entre la realidad y las alucinaciones está muy lograda. Además el cómic logra poner en la mesa todos los temas escabrosos alrededor del duelo: la terapia, las drogas, las ideas suicidas, los lazos familiares, el rompimiento con el mundo cotidiano... y todo lo hace sin ser un melodrama.
2. El contraste logrado entre el tema y un dibujo que parece más bien de tira cómica de los domingos.
3. Los usos de la silueta de Wannes a lo largo de la novela.
4. El final. Gran final. 

Conclusión:
Si el tema les es sensible, la novela debería ser capaz de dejar alguna marca en sus lectores o al menos formular en sus mentes varias preguntas o reflexiones. La muerte, específicamente el suicidio de un ser querido, es un acontecimiento desastroso para los que se quedan. Linthout es un sobreviviente, uno de verdad, uno capaz de expresarse. Los años del elefante es una pintura íntima y entrañable del duelo. Lectura altamente recomendada.



Editorial: Ponent Mon
Guión y dibujo: Willy Linthout
Año: 2009
País: Bélgica

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Sobre Sorel

Eterna estudiante de literatura con aburrimiento crónico

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