Piedras, mujeres, hombres, un mono. El argumento de esta novela gráfica
de Blutch (seudónimo de Christian Hincker) gira en torno a esos cuatro
elementos. Un mono se escapa del zoológico y el asunto se vuelve
prioridad para el gobierno. El mono divaga por una comunidad y se vuelve
testigo y detonante de algunas situaciones que no puedo calificar más
de que extrañas y sexuales.
Blutch es un autor francés con una de las voces más reconocibles del
cómic. Esta obra, si bien tiene un hilo conductor, no es para nada
lineal. Más bien trabaja una serie de situaciones separadas y cada una
representa algo en el abanico de las relaciones amorosas y sexuales.
Para sentirse más cómodo con las lectura es necesario abandonar el mundo
realista e introducirse en el onírico. El cómic está plagado de un
simbolismo que intenta explorar la sexualidad humana. Sin embargo, no es
una historia erótica. Los cuadros con imágenes o referencias sexuales
más que erotismo transmiten humor y en mi opinión, incomodidad. Muchos
cuadros no son explícitos, pero algo dentro del lector se activa.
Simbolismo, simbolismo.
El dibujo parece hecho con carboncillo o algo similar. Son trazos
desenfadados y hasta violentos. Por supuesto, la paleta de colores se
mueve entre rojo y negro con excepción de las primeras y últimas hojas,
que son una especie de recuerdo. Los trazos definitivamente combinan con
la historia.
Por último quisiera mencionar que me parece una obra un tanto feminista
en tanto reivindica la sexualidad femenina como algo a lo que no se debe
temer. La carga intelectual en el cómic la llevan las mujeres. Las
féminas tienen el control y la palabra. Los hombres, en esta historia
están en un segundo plano, siendo instintivos, primarios. Se les ve como
animales básicos y sometidos. Quizá por ahí va el asunto del mono.
1. Los símbolos utilizados a lo largo de la historia. Este cómic no cuenta, sugiere.
2. Los personajes femeninos
Lo peor:
1. El dibujo. En mi opinión, no funciona, confunde.
Conclusión:
Creo
que las principales misiones de Blutch con este cómic son incomodar y
explorar el inconsciente. ¿Lo logra? Sí. Sin embargo no termino de
sentirme complacida con la lectura porque algo no cuadra: el dibujo.
Entiendo por qué ese estilo y no otro pero creo que se pudo hacer algo
más para acentuar el erotismo y sobre todo, el cuerpo femenino, que en
ocasiones es muy tosco. Eso sí, al César lo que es del César, es un
cómic muy entretenido que el lector debe completar usando su bagaje. No
muchas historias logran que receptor sea tan activo. Lectura recomendada
si se quiere experimentar.
Guión y dibujo: Blutch (Christian Hincker)
Editorial: Ponent Mon
Sobre Sorel
Eterna estudiante de literatura con aburrimiento crónico
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